Wednesday, January 22, 2014

el cuarto

Había un espacio oscuro cada noche. Ella lo buscaba como a escondidas. Salía de la cama como tapándose los oídos para que la otra multitud en el cuarto no la escuchara: cerraba los ojos, movía los nervios en su cerebro que le decían que moviera su cadera y luego su pierna y luego los dedos. Ya. Ya tenía uno de los pies en el suelo. El otro, no sabía por qué, siempre era mas ruidoso. En el cuarto mudo siempre había un eco despues de esos primeros pasos. Y dos pares de oídos se levantaban, y los ojos entre abiertos miraban a todos lados y se dejaban caer otra vez. No la habían visto. Podía continuar el largo recorrido hasta la puerta. Al salir nunca miraba atrás por temor a encontrarse con los mismos pares de ojos entreabiertos que esta vez la verían inmóvil frente a un pequeño rayito de luz que se colaba por la ventana de la cocina. Cerraba la puerta tras de ella. Aún sin respirar. Todo este tiempo había dejado de respirar. En esa casa todo se oye. Todo. Hasta los pulmones en movimiento. Y allí, después de recuperar el aliento, tomo un vaso vacío, abrió la puerta del refrigerador y los vecinos de abajo la escucharon beber medio vaso con agua. Cuando regresó al cuarto una voz histérica reclamaba su ausencia.

(inspired by Sebastian Beniek)

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